Mural de Oveja Velasco en Bolivia. Fotografía cortesía del artista@oveja213.

La democracia y el problema de la autoridad pública

Profesores(as)

Dr. Helene Risor

Associate Professor School Anthropology Pontificia Universidad Católica de Chile

Dr. Thomas Hansen

Professor Reliance-Dhirubhai Ambani of Anthropology Stanford University

El filósofo francés Claude Lefort sostiene que en una democracia la autoridad política ya no emana del rey o del líder, sino de un “lugar vacío”: la voluntad del pueblo, una abstracción que nunca puede llenarse ni representarse de forma permanente o perfecta. Aquí reside el mayor dinamismo y una gran debilidad de la democracia: la lucha constante por interpretar y representar los sentimientos populares; el esfuerzo por concebir políticas inclusivas y justas también para quienes discrepan; la batalla constante por mantener una mayoría frente a la hostilidad política del “otro bando”, ya aparezca en forma de otro ideológico o étnico; por mantener el orden público frente a las amenazas percibidas de insumisión criminal y desintegración social. 

Vivir en democracia requiere capacidad para soportar el conflicto social y político, y para convivir con la idea de que ni la sociedad, ni “el pueblo” están nunca unificados o completos. Las tentaciones del gobierno autoritario y de la “política de mano dura” en los Estados formalmente democráticos residen precisamente en la promesa de imponer el orden social y llenar permanentemente el vacío de la autoridad política.

El problema de la violencia y el desorden es, en otras palabras, constitutivo y fundamental de la democracia. Las grandes multitudes y los mítines son la preciada manifestación de la voluntad popular, pero es un poder que descansa en la posibilidad de convertirse en violencia pública. Por “violencia pública” nos referimos a formas de protesta y disturbios civiles, o a la amenaza de los mismos, que son performativas y deliberadas, diseñadas para ser vistas y para que se actúe en consecuencia. Este tipo de violencia requiere la inclusión y la “domesticación” por parte de formas de representación e inclusión políticas para no convertirse en un “desorden” semipermanente que pueda permitir el surgimiento de fuentes alternativas de gobierno y orden: organizaciones criminales, hombres fuertes localizados, vigilantes, movimientos etno-nacionales.

En este taller examinaremos esta relación entre violencia, democracia y representación a través de materiales teóricos, históricos y etnográficos. Examinaremos casos históricos y contemporáneos de violencia pública y exigencias de orden -desde Chile y América Latina hasta la India y Sudáfrica- e invitaremos a los participantes a considerar cómo la cuestión de la amenaza de la violencia y la autoridad democrática afecta a sus propias investigaciones.

Formulario de inscripción: https://forms.gle/J8K7NGBviXdaXsdq8